Días de encuentros internacionales los que corren... Días de más noticias extradeportivas que de lo que es el fútbol en sí... Días de agotadores partidos clasificatorios para la fase final del Mundial 2010 entre selecciones favoritas y selecciones sin ninguna posibilidad. Días de aburrimiento futbolístico en general.
Y es que si alguien encuentra el más mínimo interés de un partido entre Gales y Liechtenstein o, sin ir más lejos, entre España y Estonia, por favor, que me lo haga saber. Porque yo lo más interesante que he encontrado es determinar la localización geográfica de algunos de los paises que juegan estos partidos, o si a Malta le volverán a caer doce en algunos de sus encuentros.
Todo esto no sería del todo malo si fueran partidos pasajeros, que pasan sin pena ni gloria, pero que son necesarios por tener que determinar los equipos que jugarán el Mundial. El problema está cuando dejan de ser pasajeros para convertirse en protagonistas en el devenir de un equipo profesional en una de las mejores ligas del mundo.
El calendario de partidos ya es lo suficientemente amplio como para tener que jugar más partidos entre jornada y jornada con las selecciones, y sobre todo, contra selecciones que por no tener nada que perder, se emplean a fondo y que en muchos casos disponen de terrenos de juego en unas condiciones lamentables y peligrosas para la práctica del fútbol.
Esto es lo que le está pasando al Sevilla Fútbol Club. Año a año hemos reforzado la plantilla con jugadores de alto nivel, unos ya eran internacionales con su selección y otros han llegado a serlo gracias a su trabajo y gran rendimiento en el equipo.
Con todo esto tenemos una plantilla con más de quince jugadores que son o han sido internacionales, y en cada convocatoria para partidos de selecciones se nos marchan no menos de diez, y llegan a jugar algún minuto al menos seis de ellos con toda seguridad. Es aquí donde está el problema.
Nos plantamos en la jornada séptima de liga, primera de la fase de grupos UEFA y dieciseisavos de final de la Copa de S.M. el Rey, con diez lesionados sobre una plantilla de veinticinco. Y la mayoría de ellos en los puestos de ataque. De los cuatro delanteros, tres son baja segura para un par de semanas mínimo. Y los tres, lesionados con sus selecciones.
Para que nos hagamos una idea, diremos que el Sevilla tiene que afrontar la primera fase seria de la temporada sin casi la mitad de sus efectivos. Una fase donde se juega gran parte de su presupuesto en sus compromisos de UEFA y Copa del Rey y el poder seguir ganando moral en liga para pelear por el objetivo de la Champions.
Un equipo hecho desde el mes de julio, con una pretemporada planificada para tres competiciones, se rompe por culpa de unos partidos internacionales de nivel medio tirando a bajo. Que tan sólo consiguen romper el ritmo de los jugadores en pleno inicio de temporada con viajes interminables y en consecuencia, falta de entrenamiento físico traducido en lesiones musculares.
Y aun peor, ¿quién paga la ficha millonaria de Koné, de Kanouté o de Chevantón que no pueden jugar con el equipo que les da de comer por haberse lesionado jugando fuera de él? Pues el Sevilla.
Ahora dice la FIFA que sólo cubre los gastos de los lesionados en partidos de fases finales de torneos oficiales. Pero los equipos, en cambio, tienen el compromiso (forzado) de ceder a sus jugadores para todos los encuentros. Sin seguro, sin garantías y sin cubrir costes en general.
En mi pueblo, eso se llama seleccionar unos partidos sí y otros no. Y yo le diría a la FIFA, si se trata de seleccionar, que a las fases previas y a los amistosos vaya a jugar el primo de Kanouté, que se parece al jugador lo mismo que un partido de estos a un partido internacional de fútbol...
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