viernes, 24 de octubre de 2008

Vaya susto...

Aun me dura el susto... Llegué a mi casa casi temblando después del partido de ayer. Y no por la enésima lesión de uno de nuestros delanteros, el Laucha que venía despertando la ilusión en la afición.

El susto que tengo en el cuerpo es por la facilidad de este equipo para sacar adelante un partido, que por mucho que digan, era muy complicado de ganar por muchos factores.

El rival era un equipo con experiencia en Europa, que no marcha mal en su liga, la delantera sevillista en cuadro, la euforia de tantos partidos sin perder seguidos y el efecto Nervión en Europa que lo hace casi imbatible.

Tantos factores que podían hacer bajar la guardia... Pero no, este equipo parece que no se amilana contra nada ni contra nadie, ya puede jugar de delantero centro Navas que encuentra la manera de ganar.

Anoche desde el principio el equipo era una máquina programada para matar a su rival lo antes posible. Y así fue, en quince minutos se acabó un partido que en otras temporadas se hubiera torcido seguro.

Palop es un seguro, siempre lo fue y lo será hasta que no pueda con los guantes.

Pocas veces vi una labor defensiva tan perfecta, los centrales del Sevilla son de lo mejor de Europa, Escudé merece un brazalete de capitán, los laterales se agigantan cada partido, Navarro es la evolución humana de David Castedo, misma garra y mayor técnica.

El centro del campo es tan versátil que pueden jugar dos, tres o cuatro medios centros, da igual la combinación, todos tienen fuerza, técnica y visión de juego y su orden roza la perfección en todas las labores del juego.

Las bandas ya eran puñales y ahora son estiletes cuando se van al centro. Este sí es el verdadero Adriano.

La delantera a pesar de estar lesionado hasta Polster y Suker, como dijo el mister, sigue metiendo goles desde la enfermería, ni pensarlo quiero cuando se recuperen.

Y Renato merece una mención aparte porque es el mejor jugador del mundo. Porque yo lo digo.

Ya lo he dicho, asustado estoy... No quiero pensar como esto siga así, hasta donde puede llegar el equipo. Y lo que me asusta más es que si todo sale como es de esperar, la cosa irá a mejor, con la llegada de los lesionados y la total adaptación de los fichajes.

Permitidme el vulgarismo... Este equipo me tiene acojonado.

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