jueves, 30 de octubre de 2008

Regreso al futuro

La noche de ayer nos hizo recordar aquellas eliminatorias extrañas de años atrás frente a equipos a priori inferiores en las que no sabíamos a qué jugábamos ni con quién.

Personalmente pienso que es muy difícil juzgar el juego de un equipo sin haber visionado el partido, cosa que fue imposible muy a mi pesar.

Pero también creo que sin haber visto el partido, todo equipo aspirante a estar en los puestos altos de primera división y aspirante, por qué no, a ganar algún título de los que disputa, debe ganar, en nuestro argot presidencial sí o sí, ante un equipo dos categorías por debajo y con un presupuesto mil veces inferior.

Cierto es que la grandeza del fútbol es que son once contra once y puede pasar de todo, pero ese todo a ciertos niveles tiene un límite, y el de ayer fue rebasado con creces. Así no vamos a ningún sitio.

Ese límite lo marca la planificación del partido y la actitud del equipo. Y ambas cosas ayer no estuvieron a la altura. Volvimos a vivir la noche de Isla Cristina, el día del Cádiz, incluso el susto del Denia, entre otros.

Revivimos esos años en que a lo que aspirábamos era a ver unos cuartos de final y ver si sonaba la flauta de unas semifinales si nos tocaba un equipo normalito, como el nuestro, de mitad de la tabla.

Pero eso se tiene que terminar, eso ya lo hemos vivido muchas veces, no me vale lo de ser humildes y acordarnos de los descensos a segunda, la humildad no está reñida con la superioridad física, técnica y táctica que a día de hoy posee el Sevilla sobre el rival de ayer.

Esos tiempos son pasado, y el pasado está para recordarlo, pero no para vivirlo.

Yo sólo espero que como en la película, nuestro particular "Doc" consiga arrancar nuestro DeLorean para regresar al futuro... y a la victoria.

lunes, 27 de octubre de 2008

Mala tarde

Una sensación extraña es la que ayer tuvimos en Nervión. Sensación que hacía tiempo que no se vivía, seis meses sin ir más lejos, desde aquel accidente frente al Almería.

Y lo de ayer parece que también lo fue. Un accidente en un partido que se torció desde el principio, desde que Konko notó unas molestias que le impidieron jugar a última hora el partido. Mal presagio.

Todo continuó con una jugada extraña en la que los nervios parecieron apoderarse de la defensa sevillista, por primera vez en la liga, y que hizo que hasta tres jugadores entraran a la vez a un jugador del Málaga que hábilmente dejó el balón para que un compañero totalmente desmarcado debido a la falta de defensores restantes batiera casi a placer a Palop.

Ahí se acabó el partido. La falta de físico se tradujo en falta de ideas. Unos cambios quizá precipitados y un rival totalmente replegado y casi sin interés en salir a la contra hicieron el resto.

Toda la razón le doy al entrenador cuando dice que las rotaciones no están para que jugadores que juegan se lesionen y jugadores que estaban lesionados pasen a titulares recién recuperados.

Suena a excusa, pero tarde o temprano la plaga de lesiones se debe notar en el maratón de partidos que tiene el Sevilla, es la pura verdad. Bastante hacen algunos futbolistas con aguantar los noventa minutos corriendo.

Adriano ayer no fue el del jueves, que jugó los noventa minutos, Navas aun menos, Renato igual, Luis Fabiano y Chevantón pusieron sus ganas, pero posiblemente les falte ese partido de recuperación, del que hablamos, para estar al cien por cien.

Palop no, él se lleva un record totalmente merecido y ayer, a pesar de perder la inbatibilidad, hizo un partido de grande del fútbol. Lo que es.

Ayer volvió la derrota a nuestro casillero, pero las derrotas deben servir para pisar tierra y volver a tomar impulso para saltar aun más alto si cabe. Estoy seguro que este equipo lo hará. Nunca habíamos llegado a estas alturas de la liga sin perder, y hasta los más grandes lo hacen. Mejor ahora que en las jornadas decisivas.

Como se suele decir popularmente, una mala tarde la tiene cualquiera... Hasta el mejor equipo del Mundo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Vaya susto...

Aun me dura el susto... Llegué a mi casa casi temblando después del partido de ayer. Y no por la enésima lesión de uno de nuestros delanteros, el Laucha que venía despertando la ilusión en la afición.

El susto que tengo en el cuerpo es por la facilidad de este equipo para sacar adelante un partido, que por mucho que digan, era muy complicado de ganar por muchos factores.

El rival era un equipo con experiencia en Europa, que no marcha mal en su liga, la delantera sevillista en cuadro, la euforia de tantos partidos sin perder seguidos y el efecto Nervión en Europa que lo hace casi imbatible.

Tantos factores que podían hacer bajar la guardia... Pero no, este equipo parece que no se amilana contra nada ni contra nadie, ya puede jugar de delantero centro Navas que encuentra la manera de ganar.

Anoche desde el principio el equipo era una máquina programada para matar a su rival lo antes posible. Y así fue, en quince minutos se acabó un partido que en otras temporadas se hubiera torcido seguro.

Palop es un seguro, siempre lo fue y lo será hasta que no pueda con los guantes.

Pocas veces vi una labor defensiva tan perfecta, los centrales del Sevilla son de lo mejor de Europa, Escudé merece un brazalete de capitán, los laterales se agigantan cada partido, Navarro es la evolución humana de David Castedo, misma garra y mayor técnica.

El centro del campo es tan versátil que pueden jugar dos, tres o cuatro medios centros, da igual la combinación, todos tienen fuerza, técnica y visión de juego y su orden roza la perfección en todas las labores del juego.

Las bandas ya eran puñales y ahora son estiletes cuando se van al centro. Este sí es el verdadero Adriano.

La delantera a pesar de estar lesionado hasta Polster y Suker, como dijo el mister, sigue metiendo goles desde la enfermería, ni pensarlo quiero cuando se recuperen.

Y Renato merece una mención aparte porque es el mejor jugador del mundo. Porque yo lo digo.

Ya lo he dicho, asustado estoy... No quiero pensar como esto siga así, hasta donde puede llegar el equipo. Y lo que me asusta más es que si todo sale como es de esperar, la cosa irá a mejor, con la llegada de los lesionados y la total adaptación de los fichajes.

Permitidme el vulgarismo... Este equipo me tiene acojonado.

jueves, 23 de octubre de 2008

Olor europeo

Partido europeo, una noche más, en Nervión. Empieza lo bueno, lo que llevamos disfrutando durante cinco temporadas consecutivas y lo que ya nos parece un clásico.

Si los domingos es el día del partido de liga, las noches europeas intersemanales tienen un sabor especial que nos hace acudir quizá con una sonrisa ligéramente más acentuada que a los encuentros ligueros.

Es la hora perfecta para el bocadillo, para el refresco, para la cerveza previa en los bares cercanos al estadio con los amigos que acaban de salir del trabajo y rodeado de ese ambiente con tus colores rojos y blancos como protagonistas.

La hora del fresco en la grada, de la rebequita, en la que la bufanda sevillista te ayuda a calentarte en los minutos previos al inicio del partido más que a dar color al estadio, y en la que te gusta más pegarte a tu asiento y rodearte del calor de tus vecinos.

Equipos diferentes, unas veces clásicos de Europa y otras veces más exóticos pero a los que llevas siguiendo toda la semana para ver si conoces a alguno de sus jugadores, sus colores, su ciudad, la posición que ocupan en su liga...

Todo esto es lo que hace el fútbol europeo especial, ya sea en la Champions o en la Copa de la UEFA, estos elementos crean un ambiente diferente al resto de los partidos. Si más importante o menos importante, no lo sé, tampoco me importa ahora.

Volver a vivir ese ambientillo europeo es lo único importante en este momento y que gracias a nuestro Sevilla llevamos disfrutando cinco años seguidos y estoy seguro que muchos años más. ¿Notáis ese olor en el ambiente? Es Europa que huele a Sevilla...

lunes, 20 de octubre de 2008

Madurez a lo grande... de grande

Que el Sevilla está batiendo records, le pese a quien le pese, no lo puede discutir nadie. Que tiene una plantilla muy compensada y extensa desbordante de calidad, tampoco lo puede discutir nadie.

A pesar de todo, esto no convierte a un equipo en uno de los grandes y que pueda aspirar a las más altas cotas de triunfos. Lo que realmente te hace llegar al máximo éxito es la mentalidad ganadora y la madurez a la hora de afrontar cada partido.

Curioso es que las declaraciones de todos los equipos rivales después de jugar con el Sevilla son de no haber mostrado el juego que venían desplegando hasta ese momento. ¿Pero por qué? Porque enfrente se han encontrado con el Sevilla, así de simple.

Este equipo ha conseguido en este inicio liguero dar la sensación de equipo al que le echen a quien le echen, sabe plantar cara y achicar a su rival ocultando las posibles carencias propias. El rival no es que no sepa, es que no puede, no le dejan llegar a su ritmo de juego.

Si a esto le sumamos que los rivales se encuentran, además, con un equipo con unas ideas muy claras y una calidad inmensa, en noventa minutos, es muy complicado que no se vean superados en alguna de las acciones ofensivas que les crean.

Y esa sensación de superioridad no se consigue con dos jugadores por puesto, o con un gran esquema, o con mentalidad ganadora o con estrellas del fútbol. Se consigue con la suma de todo y de todos.

Los grandes equipos del fútbol mundial ganan muchos partidos con el escudo, con la entidad, con el peso de su masa social, por su gran madurez futbolistica, sin importarles quien pueda faltar un partido u otro. Siempre saben lo que hacer en cualquier tipo de partido.

Jugadores, técnicos, directivos, afición. Todos son los responsables de que el equipo de la sensación en muchas ocasiones de equipo invencible. Con mejor o peor juego, cuantas ligas las han ganado equipos que daban la sensación a veces de no saber jugar al fútbol... Qué ingenuos, los que no sabíamos éramos nosotros que opinábamos...

Ese es el Sevilla que se vio ayer y llevamos viendo en este arranque liguero. Un equipo que si le borras los nombres de las camisetas te da igual quien juegue y donde juegue, tiene su planteamiento y ese es el que se va a cumplir en el partido sí o sí, bonito o feo, pero es el que se va a hacer muy a pesar de su rival. Sus reglas, su juego, su victoria.

Y si tenemos en cuenta el número de bajas que había ayer, que más de un equipo hubiera llorado a moco tendido, esto es una victoria con madurez, a lo grande... y de grande.

martes, 14 de octubre de 2008

Selección... de partidos

Días de encuentros internacionales los que corren... Días de más noticias extradeportivas que de lo que es el fútbol en sí... Días de agotadores partidos clasificatorios para la fase final del Mundial 2010 entre selecciones favoritas y selecciones sin ninguna posibilidad. Días de aburrimiento futbolístico en general.

Y es que si alguien encuentra el más mínimo interés de un partido entre Gales y Liechtenstein o, sin ir más lejos, entre España y Estonia, por favor, que me lo haga saber. Porque yo lo más interesante que he encontrado es determinar la localización geográfica de algunos de los paises que juegan estos partidos, o si a Malta le volverán a caer doce en algunos de sus encuentros.

Todo esto no sería del todo malo si fueran partidos pasajeros, que pasan sin pena ni gloria, pero que son necesarios por tener que determinar los equipos que jugarán el Mundial. El problema está cuando dejan de ser pasajeros para convertirse en protagonistas en el devenir de un equipo profesional en una de las mejores ligas del mundo.

El calendario de partidos ya es lo suficientemente amplio como para tener que jugar más partidos entre jornada y jornada con las selecciones, y sobre todo, contra selecciones que por no tener nada que perder, se emplean a fondo y que en muchos casos disponen de terrenos de juego en unas condiciones lamentables y peligrosas para la práctica del fútbol.

Esto es lo que le está pasando al Sevilla Fútbol Club. Año a año hemos reforzado la plantilla con jugadores de alto nivel, unos ya eran internacionales con su selección y otros han llegado a serlo gracias a su trabajo y gran rendimiento en el equipo.

Con todo esto tenemos una plantilla con más de quince jugadores que son o han sido internacionales, y en cada convocatoria para partidos de selecciones se nos marchan no menos de diez, y llegan a jugar algún minuto al menos seis de ellos con toda seguridad. Es aquí donde está el problema.

Nos plantamos en la jornada séptima de liga, primera de la fase de grupos UEFA y dieciseisavos de final de la Copa de S.M. el Rey, con diez lesionados sobre una plantilla de veinticinco. Y la mayoría de ellos en los puestos de ataque. De los cuatro delanteros, tres son baja segura para un par de semanas mínimo. Y los tres, lesionados con sus selecciones.

Para que nos hagamos una idea, diremos que el Sevilla tiene que afrontar la primera fase seria de la temporada sin casi la mitad de sus efectivos. Una fase donde se juega gran parte de su presupuesto en sus compromisos de UEFA y Copa del Rey y el poder seguir ganando moral en liga para pelear por el objetivo de la Champions.

Un equipo hecho desde el mes de julio, con una pretemporada planificada para tres competiciones, se rompe por culpa de unos partidos internacionales de nivel medio tirando a bajo. Que tan sólo consiguen romper el ritmo de los jugadores en pleno inicio de temporada con viajes interminables y en consecuencia, falta de entrenamiento físico traducido en lesiones musculares.

Y aun peor, ¿quién paga la ficha millonaria de Koné, de Kanouté o de Chevantón que no pueden jugar con el equipo que les da de comer por haberse lesionado jugando fuera de él? Pues el Sevilla.

Ahora dice la FIFA que sólo cubre los gastos de los lesionados en partidos de fases finales de torneos oficiales. Pero los equipos, en cambio, tienen el compromiso (forzado) de ceder a sus jugadores para todos los encuentros. Sin seguro, sin garantías y sin cubrir costes en general.

En mi pueblo, eso se llama seleccionar unos partidos sí y otros no. Y yo le diría a la FIFA, si se trata de seleccionar, que a las fases previas y a los amistosos vaya a jugar el primo de Kanouté, que se parece al jugador lo mismo que un partido de estos a un partido internacional de fútbol...

lunes, 6 de octubre de 2008

Equipo

Equipo, esa es la palabra que define perfectamente el partido realizado por el Sevilla en la tarde de ayer.

Auténtico día de fútbol, como la de los grandes días. El horario clásico, por fin, domingo cinco de la tarde, tiempo espléndido, dos clásicos del fútbol español, dos entrenadores de la casa muy especiales para el sevillismo y un auténtico partidazo. Todo salió redondo.

El Sevilla saltó al campo con la lección perfectamente aprendida, el abecedario del fútbol, jugar en equipo. Todos eran importantes, el portero, fabuloso en todas sus intervenciones, la defensa, contundente y perefcta en el marcaje, el centro del campo, impresionante despliegue de juego y calidad, las bandas, auténticos puñales, y la delantera, pegada y esquisitez.

Este equipo aburre al rival, presiona, ataca, se despliega y vuelve a presionar, y todo ello con unos recursos casi igual de numerosos que su plantilla, puede hacerlo bonito, puede hacerlo práctico, puede hacerlo poco vistoso, pero siempre lo hace. Es lo que se dice una máquina programada para un objetivo. Y todo ello por encima de los nombres, primando ante todo el equipo.

Se habla del partidazo de Navas, de Renato, de Romaric... Pero el partidazo fue del equipo. Absolutamente nadie desentonó en el partido de ayer. Hasta los suplentes hicieron olvidar a los titulares. Quién iba a pensar que Chevantón llevara más goles que Luis Fabiano. Pero es lo de menos porque siempre gana el mismo, el equipo.

Después de esto, todo el mundo se pregunta hasta dónde puede llegar este equipo de récord, pero como nos enseñó el ayer aclamado Joaquín Caparrós, todo tiene que ir paso a paso, igual que paso a paso saca adelante cada partido este equipo con su juego cuadriculado.

La Real Academia define equipo como: "Grupo de personas organizado para un servicio determinado"; y vaya si lo es este Sevilla...